Los niños requieren cuidados especiales en muchos aspectos. Uno de ellos - a veces un poco olvidados - es el cuidado podológico. En edades tempranas, es muy común la presencia de una deformidad denominada como pie plano, que se caracteriza por el arco de la zona interna del pie más bajo de lo habitual. Aunque la patología suele desaparecer antes de la edad adulta, es importante que un podólogo evalúe cada caso con el objetivo de determinar la necesidad de tratamiento para el dolor o para prevenir futuras molestias.

Asimismo, los podólogos pueden indicar las mejores pautas para la elección del calzado infantil, según las peculiaridades de cada niño. En este aspecto, la utilización del calzado correcto es fundamental para prevenir lesiones en edades adultas. Las prácticas muy comunes de aprovechar zapatos de hermanos mayores o de comprar calzado un poquito más grande son muy perjudiciales para la salud del pie de los más pequeños.

Para saber si un zapato es la talla del niño, es recomendable meter el dedo por el talón. Si hay suficiente holgura, es el tamaño adecuado. Asimismo, los padres también deben tener especial cuidado con la elección de los calcetines. Lo ideal es que éstos sean confeccionados con algodón o lana.

Los padres también deben estar atentos al desgaste del calzado. Un degaste anormal puede indicar algún tipo de alteración en los pies por lo que un podólogo debe ser consultado. Los pequeños también son susceptibles de padecer uñas encarnadas, averigua el estado de sus uñas si el niño protesta por alguna molestia en esta zona.

En la Clínica del Pie Cristina Pons estamos especializados en el diagnóstico y tratamiento de las patologías y deformidades de los pies de los más pequeños. No dudes en hacernos una visita.