Tanto si sufres un problema de callos como si aparece un ojo de gallo en tus pies, lo mejor es que acudas a vernos ya que en la Clínica del Pie Cristina Pons contamos con una gran experiencia en tratamiento podológicos.

Cuando hablamos de callos y ojos de gallos, ¿nos estamos refiriendo al mismo tipo de lesión? La respuesta es un sí con matices ya que aunque la naturaleza de la lesión es la misma, la principal diferencia entre ambos radica en su tamaño y en dónde están ubicados.

Tanto los callos como los ojos de gallo son helomas, es decir, protuberancias y durezas que aparecen en los pies tanto por razones externas como el uso de un calzado inadecuado como por razones naturales como una mala alineación del hueso de un dedo que puede propiciar rozaduras.

La diferencia entre ambos reside principalmente en que el ojo de gallo suele ser más pequeño y producirse en el espacio interior que hay entre dos dedos. Es bastante frecuente que el ojo de gallo salga en una de las caras internas del cuarto dedo al tratarse de una zona más húmeda y más sometida a la presión del calzado. El lugar en el que aparecen hace que resulten mucho más dolorosos que la mayoría de los callos.

Para eliminar los ojos de gallo la única opción que existe en ponerse en manos de un podólogo. Desde la Clínica del Pie Cristina Pons te recomendamos acudir a un profesional lo antes posible ya que si la causa del nacimiento del ojo de gallo está en un problema óseo, puede ser necesaria la cirugía. En cualquier caso, el primer paso implica acudir a una clínica podológica donde limen, exfolien y traten la zona afectada.

Si sufres este o algún otro problema en tus pies, no dudes en ponerte en contacto con nuestra clínica en la que te atenderemos con profesionalidad y cercanía.